Durante los últimos años hemos visto un gran número de compañías emprender iniciativas para mejorar su rendimiento, pero no siempre se logran los beneficios deseados, debido a una incorrecta planificación y al uso de herramientas y/o enfoques incorrectos.
No se trata únicamente de tener la información, sino de tenerla en el momento adecuado, en el lugar exacto y en el formato o dispositivo concreto.
Se trata de no tener que perseguir la información para tomar las decisiones, sino de que la información llegue a nuestras manos en el momento justo,
es decir, cuando algún evento previamente definido ha ocurrido en la organización y merece ser analizado.
Ese es el momento en el que necesitamos la información sin requerirla de forma pro-activa.